Santiago a mediados del siglo XX, la comuna de Ñuñoa crece a ritmo acelerado, cada día aumenta el número de vecinos y por lo tanto, también lo hacen las necesidades, abriéndose nuevos negocios y construyéndose nuevas casas. La misma experiencia vive la comunidad Judía de la ciudad, cada vez más numerosa y organizada, y que eligió, tal vez por casualidad, la comuna de Ñuñoa para establecerse.
Corría el año 1954, cuando por la iniciativa de un grupo de Voluntarios de la Cuarta Compañía, con el propósito de mantener un servicio rápido y eficiente para todos los vecinos y atendiendo a que las entonces 4 compañías del cuerpo se encontraban ubicadas casi en una misma línea y al norte de la comuna, decidieron crear la Bomba Israel, que representa desde sus inicios al Estado de Israel frente a cada emergencia a la que sus voluntarios concurren, bajo los principios de solidaridad, tolerancia, respeto y sin hacer distinción alguna frente a religión, condición social, ideológica o de raza.
Con la llegada del primer carro, el Reo, se inició un constante proceso de “Superación” – lema que desde sus inicios lleva nuestra compañía – en el cual los voluntarios debieron capacitarse constantemente para entregar la ayuda apropiada a quien la requiriera. Es así como inician los primeros años de historia, y a lo largo de ellos, ha sido constante preocupación de Bomba Israel mantener siempre tecnología avanzada y de alta calidad al servicio de la comunidad; por ejemplo, nos convertimos en la primera compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa en poseer un carro de rescate. Pero aún más importante que las herramientas y los carros, es el equipo humano, que debe estar altamente calificado para atender las necesidades del servicio. Por esta razón, al cumplir 13 años, edad simbólica dentro del Judaísmo, el 5 de agosto de 1967, se fundó la Brigada Juvenil Bomba Israel, idea pionera en el país y que años después sería imitada a lo largo de éste.
A lo largo de los años, se han formado tradiciones y costumbres, pero también han ocurrido cambios acordes a las necesidades propias de los voluntarios, del servicio, y de la época. Es así que se construyó un tercer piso, se remodeló la Guardia Nocturna, se renovó el material y los carros, y se incorporaron, después de más de 58 años, mujeres a las filas de la compañía.
Hoy más que nunca Bomba Israel se encuentra dando otro paso más dentro de su historia de constate trabajo y superación, con un ambicioso proyecto de renovación del carro de rescate y ampliación y remodelación del cuartel, con el fin de mantener vigente uno de los objetivos fundamentales de su fundación; representar al Estado de Israel a través del servicio desinteresado a los vecinos de las comunas de Ñuñoa, La Reina, Macul, La Florida y Peñalolén.
Sin embargo, también desde el nacimiento de la institución en la mitad del siglo pasado, se estimo que la agrupación, en ningún caso excluyente, de personas que reconocen un mismo origen no vulnera los principios igualitarios de la convivencia bomberil y, por el contrario, presenta ventajas para el mejor desarrollo de las unidades.De esta manera, nacieron las llamadas compañías de colonia. A lo largo del país se reconocen las alemanas, inglesas, italianas, croatas, francesas, españolas. Pero, en todo el país no había ninguna compañía judía.Ese vació fue llenado por esta compañía, con el nombre de «Bomba Israel».
El respaldo de la colonia judía ha sido constante, no solo en lo material sino en el aporte multitudinario de jóvenes de esa condición que le han dado a la compañía fortaleza, prestigio y eficiencia.De los muchos aportes realizados al Cuerpo, debe destacarse la creación de una Brigada Juvenil, experiencia imitada después en todo el país.La Quinta Compañía, «Bomba Israel», ha dado fiel cumplimiento a su lema: «SUPERACIÓN»